La efectividad interpersonal es una serie de habilidades que te permiten tener relaciones interpersonales no solo más auténticas sino que te permitan respetar lo que es importante para ti (leer más).
Esta serie de habilidades se reúne en tres elementos principales que la conforman, como si se tratara de un taburete de tres patas:
- Eficacia objetiva – Pedir lo que quieres en una relación.
- Eficacia relacional – Cuidar la relación y, si es posible, fortalecerla.
- Eficacia del autoestima – Respetar tus valores y no dañar tu propia dignidad.
Si alguna de estas patas se rompe, el taburete ya no sirve. Lo mismo ocurre con nuestras relaciones: si descuidamos uno de los tres elementos de la eficacia interpersonal, nuestra vida en pareja, en la familia, en el trabajo o en la amistad puede volverse insatisfactoria.
Veamos cada una en detalle.
1. Eficacia objetiva: pedir lo que quieres
Se suele pensar que “desear algo en una relación es egoísta”, pero esto es un mito que daña nuestra manera de vincularnos. Si nunca consigues lo que necesitas en una relación, eventualmente se vuelve insostenible.
En toda relación sana hay un intercambio: ambas partes dan y ambas partes reciben.
- En un trabajo: tú aportas tus horas y tu esfuerzo, y recibes un salario justo.
- En una banda de música: cada integrante espera que los demás cumplan con su papel para que el grupo funcione.
- En una pareja: ambos tienen derecho a pedir apoyo, cariño, respeto y compañía.
Pedir lo que quieres no es egoísmo: es necesario para sostener vínculos equilibrados.
2. Eficacia relacional: cuidar el vínculo
Esta ecuación no solo contempla el pedir, sino también reconocer que la otra parte del vínculo tiene sus necesidades, siendo crucial trabajar por un resultado ganar-ganar para mantener la relación viva, sana y en crecimiento.
El objetivo no es conseguir lo que quieres, al precio de dañar el vínculo, por tanto se evitan .
- Amenazas y reproches.
- Imposiciones.
- Presionar, invalidar o insultar.
Por el contrario, los esfuerzos van hacia generar confianza e intimidad real.
3. Eficacia del autoestima: cuidar tu dignidad
La tercera pata del taburete es tu autoestima. Conseguir lo que quieres pero sin comprometer lo que es importante para ti. Muchas dinámicas traen consigo un resultado doloroso: obtener lo que quieres (dinero, compañía, estabilidad), pero a costa de ti mismo.
Algunos ejemplos de esto son:
- Soportar conductas violentas para evitar el conflicto.
- Aceptar prácticas laborales que van contra de tu ética personal.
- Permanecer en una relación donde te exigen conductas con las que no estás de acuerdo.
El equilibrio de las tres patas
El verdadero secreto de la eficacia interpersonal es encontrar un equilibrio entre estos tres elementos. La mayor parte de las veces, hay que priorizar o jerarquizar entre estas patas para poder empezar por algún punto el proceso de construir relaciones y estrategias de comunicación más sanas.
Un taburete con tres patas sólidas es estable. Una vida con estas tres áreas equilibradas también lo es.
¿Por dónde sientes que necesitas empezar?
- Eficacia objetiva → Conseguir lo que quieres.
- Eficacia relacional → Fortalecer el vínculo.
- Eficacia del autoestima → Conservar tu dignidad.
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